Monday 19 December 2011

¿DONDE ESTÁ EL NIÑO DIOS?



¿Dónde está el niño Dios?
¡Yo lo dejé aquí!
¡ahhhh ese perro se comió al Niño Dios! ¡Vaya compre un Niño Dios en la miscelánea de la esquina…! ¡Vaya en bombas! (Conversaciones navideñas)

Ha llegado la Navidad de nuevo. He sobrevivido varias ya. En diferentes tradiciones. Hasta un Hanukkah.
Pero recuerdo con nostalgia aquella época del Niño Dios. La primera vez que lo ví lo encontré en un tarro de leche Klim donde guardábamos todas las figuritas navideñas. Era hecho en barro, una figurita artesanal. Estábamos armando el pesebre cuando en mi inocencia infantil puse a este bebecito en su lugar respectivo. Mi abuelita lo quitó de inmediato…  “¡NO HA NACIDO! ¡ESPERESE HASTA EL 24!”…  

La segunda vez que lo ví, estaba en una urna de cristal con una pijama rosada… Era muy rubio. Tenía las manos hacia el cielo y un grafiti que decía “YO REINARÉ”. Con todo el respeto que se merece quien haya hecho la figura… debió haberle puesto una pijamita azul… No confió en un niño que tenga una pijamita rosada y me amenace con un reinado…

La tercera vez que lo vi, fue repartiendo volantes en un centro comercial que no ha desaparecido pero que si cambió su razón social: SEARS. Hoy conocido como GALERIAS. Pero para mi sorpresa era Octubre. Repartía volantes de promoción navideña desde esas fechas. Tenía acné…
 
La última vez que lo vi… fue en la jeta de mi perro Flipper. A mi perro le gustaba el plástico… Alcancé a quitarlo sutilmente pero le dejó una hendidura en el ojo izquierdo y el pelo le quedó hecho una maraña de mordiscos de canino. Me angustié. Pensé que María me iba a juzgar por ese descuido. Le puse un pedazo de cinta en la cabeza. Se veía feo, mordido y con pelo. CON PELO… Era el primer bebé con pelo que nacía en Belén… Y además con un peinado de José Luis Rodriguez EL PUMA.

NO he vuelto a saber nada del Niño Dios. En mi casa ya no hay pesebres. Las casas diminutas y las figuras gigantes de ovejas mordisqueadas por mi perro Flipper han quedado relegadas a la esquina del cuarto de San Alejo, metidas en una bolsa del desaparecido CAFAM. Sin embargo, tengo la leve sospecha que el Niño Dios por ahí está… En algún lugar de mi casa. Mirando todo lo que hago. Anotando si merezco o no el regalo que le he pedido durante tantos años… Desde el primer día que lo vi, metido en lo profundo de un tarro de leche KLIM. ¿Será que me cogió entre ojos por sospechar que los muñecos cómo el no traen regalos?

Niño Dios, donde quiera que estés… No me tengas bronca. Sólo era un niño suspicaz cómo tú. 

Monday 5 December 2011

EL FIN DEL MUNDO SEGÚN… LA CHANGUA EN LA NOCHE.



"mijo, no se tome esa changua que le dan pesadillas... (palabras sabias de abuelita empeliculada)

Titulares de última hora, el TIEMPO, Bogotá. 31 de Octubre de 2014.

Bogotá. En el aeropuerto el Dorado, una pareja de holandeses, provenientes de las Islas Margarita presentaron una fiebre muy alta y fueron remitidos a las instalaciones de la clínica Shaio. Durante las siguientes tres horas, las autoridades reportaron una alerta roja por posibles ataques terroristas dentro de las instalaciones del hospital y “fuga de internos” de esta clínica ubicada al norte de la ciudad. 

Twitter El Espectador.
Virus ataca la ciudad de Bogotá. Los ciudadanos reportan caos y ataques violentos entre bogotanos.


Twitter Noticias RCN
El Esmad y el Ejercito atrincheran BOSA. Se reportan ataques a ciudadanos. Imposible de controlar la situación. 

BBC NEWS.
Cities around the world are under siege. Humans are having symptoms like fever and after that a sort of paranoia that lead them to attack citizens with bites and scratches. So far, has been impossible to control Bogota, Rio de Janeiro, New York, Paris, Tokio, Kuala Lumpur, and now London. God be mercy… 


TESTIMONIOS DE BOGOTANOS ENCERRADOS EN LOS COLEGIOS DISTRITALES. 

Testimonio Diana Castillo

"La culpa es del marica de Petro. No tengo más que decir".

Testimonio Ancizar Vaca.

"Yo trabajo en el canal RCN y estábamos grabando un especial con Jota Mario. De repente él se puso una peluca y empezó a toser muy raro. Tosía tanto que cayó sobre sus rodillas y yo mismo grabé cuando le salió sangre por la boca. La que se hizo a su lado para ayudarlo fue la 'ñorita' Laura Acuña y es cuando veo que este man se le prende de una teta. ¡SE LA ARRANCÓ! Y tan pronto pasa esto ella se levanta y se le lanza a otro camarógrafo y a otro y a otro. Yo estaba 'paniquiado'. Pero por puro instinto, corrí donde había un cosito de esos de ´rompa el vidrio´y saqué un hacha. Se la clavé a don Jota, a Laurita, a varios... ¡Jueputa, yo creo que me van a echar del trabajo!

Testimonio Amanda Prieto. 

“Yo estaba en el C19 con rumbo al Portal de Suba cuando esa señora se cayó al suelo. Y echaba sangre por la boca. Un señor acudió a socorrerla y cuando se disponía a darle respiración boca a boca, la señora lo mordió. El señor de inmediato echó sangre y… se le mandó al conductor… No sé en qué momento ese bus dio el bote y al frente del Bulevar Niza se estrelló. Todos salimos por la ventana de emergencia, pero tanta sangre, no se sabía quién era quien. Afortunadamente viajaba con nosotros un joven que tenía un arma y alcanzó a controlar la situación… Se acabó el mundo…”


Testimonio Sebastián Lugo. 

“Yo estaba en mi casa cuando sentí que timbraban y golpeaban la puerta muy duro. Abrí y era mi mamá y me asusté mucho porque tenía sangre en la pierna. Tenía los ojos rojos. Alcanzó a sentarse en la sala. Y cuando le llevé un vaso de agua para preguntarle que había pasado, se levantó de la silla y me pegó un golpe muy duro. Gritaba como loca. En esas bajó mi papá y no podíamos controlarla. Atacaba cómo si quisiera mordernos. La amarramos como pudimos a una baranda de la cama. Y allá la dejamos. Luego fue que en las noticias dijeron que fuéramos hacía los colegios… Y aquí estamos. ¡No sé que pasa!… 

Testimonio Paulo Hernández.

“Yo sabía que esto iba a pasar. Lo llevo anunciando en Twitter resto de tiempo y cómo uno es comediante nadie le cree. Afortunadamente, mi paranoia zombie me ha dado herramientas para sobrevivir. Yo estaba en la peor función que haya jamás hecho. En un bar conocido al Norte de la capital. Si, en EL SITIO. Pero  en el público había una señora que tosía y tosía. Y claro, la gente empezó a decirle que hiciera silencio. La vieja se cayó al suelo y empezó a echar sangre por la boca. ¡Uy, parce, yo me las olí! Así siempre me había imaginado que empezaría el ataque zombie que los Mayas, Nostradamus y George A. Romero predijeron.  Yo me bajé del escenario, cogí una silla y agarré a esa cucha a golpes. Casi me mata el resto de la gente… gritaban… ¡NO SEA ABUSIVO… SE ENLOQUECIÓ… BLA BLA BLA!… Pero cuando la cucha se levantó y le mordió el pipí al marido…   LA GENTE SI SE ALARMÓ Y MÁS CUANDO EL MARIDO Y LA CUCHA EMPEZARON A SALTARLE A LOS OTROS CLIENTES… Yo agarré un bate que tenían por ahí y empecé a “boliar” bate. Salí corriendo a la calle, le casqué a otro man que no estaba enfermo, pero por si las dudas… Y parce… esa CALLE 15 estaba vuelta CAQUIS… Ya estaban atacando en manadas estos bichos… ZOMBIES… Aún la gente no me cree. Nos subimos al carro de un amigo, le dije donde conseguiríamos armas: ¡en mi barrio papá!… Vivir en Suba es aprender a sobrevivir a una invasión zombie.

Ahora este mensaje es un llamado a la gente que está por ahí… estamos encerrados en PLAZA IMPERIAL. Aquí tenemos comida, cine, y ropa. Si a alguien le llega este mensaje, tenemos lo suficiente para que pase una buena noche. Si llega con síntomas, venga, lo mataremos con cariño...

Monday 28 November 2011

SHUT UP POETRY


(Teorías antirrevolucionarias de escribir muy mal y dañar los bellos poemas de la humanidad)

El “SHUT UP POETRY” es un género que pertenece a la corriente literaria UNDERGROUND del siglo XXI de los PUBS de LONDON BRIDGE, en Londres. Su creador, un musulmán maloliente llamado Ahmed Muhammed Al Fayah, más conocido en la colonia colombiana como MAJITO, se sentaba a compartir con cuatro paisas, dos rolos, una caleña y un pastuso. Pedía una cerveza STRAROPRAMEN y empezaba su recital poético sin sentido. Al cabo de tres poemas, lo único que se podía gritar era SHUT UP!

De la colonia colombiana, un paisa y un rolo, continuaron con la tradición de MAJITO. Se reunían en un apartamento de CANADA WATER y al calor de unas CORONAS, seguían creando una poesía mal hecha. Los vecinos que no entendían nada de lo que se decía sólo gritaban SHUT UP!

El paisa puso unas cabinas telefónicas en la estación PICADILLY CIRCUS. El rolo, tuvo que devolverse a Colombia. (Por pendejo)

Trajo algunos manuscritos de este género importantísimo llamado el SHUT UP POETRY. Y estos son algunos de los extractos que pudo conseguir:

POEMA A UNA EX NOVIA. En mi MAYOR.
mmmmmmm…
jajajajajaajajaja….
Bueno, váyase.

POEMA A DATA CREDITO.
Pienso en ti.
A cada instante pienso en ti.

POEMA AL REGAETON
AHHHHHHHHHHHHHHHH
WAKE UP (WAKE UP)
GRAB A BRUSH AND PUT A LITTLE MAKEUP
HIDE THE SCARS TO FADE AWAY THE SHAKE UP
(HIDE THE SCARS TO FADE AWAY THE SHAKE )
WHY´D YOU LEAVE THE KEYS UP ON THE TABLE?

POEMA A LA CERVEZA
¿Quién me da otra?
¿QUIEN QUIEN QUIEN QUIEN QUIEN QUIEN?
Cerveza, birra, pola, chela.
Burbujeas en mi garganta y me das chichi.

POEMA A UN CAPUCHO
Compañero…
Nunca entiendo lo que dices.
Si te quitas la capucha,
Tus palabras serán comprendidas.
Capucho, capuchino.

POEMA A LA CAMA
Tiendase sola.
Tapeme rico,
Arruncheme un ratico,
Sol solecito.

POEMA AL CELULAR.
Cuelga, tú.
Cuelga, tú.
Cuelga, tú.
Tutututututututututu.
¡Maldito! ¡Me colgó!

POEMA AL PEDO
te sales,
te huelo,
se asustan,
me encierro.
(en colaboración con K)

El SHUT UP POETRY es un género en decadencia. Pero puede ser rescatado. El único manifiesto escrito fue encontrado en el puño de Ahmed Muhammed Al Fayah y rezaba:
Hagan lo que les dé la gana. Pero digan algo. Escriban lo que quieran…
¿Esta es la muerte del SHUT UP POETRY?

Saturday 26 November 2011

EFECTO FENIX



Las oportunidades en la vida son únicas. La gente se da el lujo de perderlas. Anónimo. (Mentiras, yo lo acabo de escribir, pero “anónimo” le da elegancia a la frase).

Hace poco una niña de la universidad Sergio Arboleda me hizo una entrevista. Necesitaba entrevistar a un comediante. Le dije que yo era, pero no de renombre. Me dijo, “ah, pero eres comediante”. .. Entre sus preguntas me hizo una que en realidad respondí después de pensar un rato. “Ustedes los comediantes hacen reír mucho. Y cuando tienen momentos difíciles ¿Aún tienen que salir a escena a hacer reír?" ¡Qué pregunta tan genial!

El momento difícil del comediante... La verdad, son muchos. La depresión es quizás más fuerte de lo que uno cree. Los momentos difíciles llegan cuando uno está en un buen momento en la escena. Cuando uno menos los espera y no está listo para afrontarlos. Y la energía baja. La disposición para hacer reír mientras uno llora es complicada. No es fácil, para nada. El mundo no tiene sabor alguno. Los intentos por animar al comediante son ineficaces. Los chistes por hacer reír al comediante son balas de salva. Si el Chapulin Colorado en realidad existiera, sería invocado en vano... terminaría llorando con el comediante, le daría una pastilla de chiquitolina y para que deje de joder… LO APLASTA . 

Somos humanos, somos blackberries… No siempre estaremos felices. La felicidad es un talismán… y a veces uno encuentra eso en las personas. No debería ser así. Grave error. Pero la depresión está servida a la mesa. Estirar la mano es fácil. Caer en ella, inevitable. 

Pero ¿qué pasa cuando por fin el comediante se da cuenta que estar así es una pérdida de tiempo? ¿Qué el público no se ríe igual? ¿Qué su “visceral discurso” no es más que “lastimero evento”? ¿Es el fin de su carrera? Podría ser. Si no se da cuenta (o le hacen caer en cuenta) que SUFRIR ES UNA OPCIÓN. 
¿Qué pasa cuando se da cuenta a tiempo de su error? Medita. Va al lugar donde consigue fuerza. A ese íntimo lugar al cual nadie, sino él mismo, puede entrar. Recapitula en el tiempo perdido. Analiza su energía malformada. Mira el espejo de fracasos de talentos desfigurados por la lastima. Por el desacierto. Y se levanta. Se lava el rostro con agua fría. Mira fotos. Borra el éxito pasado. Y se pone los nuevos Converse. 

Somos los humanos como el ave fénix. Suena reencauchado, trillado y hasta mamerto. Pero lo somos. Las cenizas están en el piso. Esparcidas. Ya no importan. No interesan. Son errores sobre errores. Errores sobrevalorados. Se sienta frente al computador y termina de escribir lo que no había querido por “negligencia sensiblera”. Bota un recuerdo a la caneca. Dibuja una sonrisa nueva. Se despeluca de nuevo. Y brota, de esas cenizas, un nuevo fuego. Una energía plena. Algo que sólo se siente luego de una caída. De una derrota olvidada. Una energía condensada como la antimateria a punto de provocar caos. 

Esa energía me ata hoy. Me lidera. 

Soy al igual que muchos, un ser resucitado. Un fénix comediante. 

MY NAME IS PAULO. 

16 de Diciembre de 2011, es la fecha para mostrar que lo que digo… es cierto.

Thursday 24 November 2011

COLOMBIA PAÍS MODERNO... EL RESTO DEL MUNDO POSTMODERNO



Hoy hice fila para entrar a Transmilenio. Bueno, casi siempre, cuando venzo mi agorafobia. Fui a la estación de las Aguas y la palabra para describir ese momento se resume en: mierdero. La gente gritaba, todos se tocaban, la gente se apeñuscaba porque ya venía el bus, el salvador. Me di cuenta cual es el desespero de la gente. No es por entrar al bus… ¡ES POR CONSEGUIR UNA SILLA! En un acto de fe y dejando la pena a un lado, hice una sugerencia sutil y atrevida, usando un tono de voz fuerte casi gritando: ¿Por qué no hacemos distancia como solíamos hacer en el colegio? Hubo risas de los espectadores del caos, pero un señor de corbata y sobres de manila arrugados por la multitud dijo: ¡Oigan si, hagamos distancia! ¡Es una buena idea!
Ante mi asombro, la gente hizo una especie de distancia mal hecha. Pero al menos, en la entrada donde yo estaba hubo orden por un momento. Entré al bus sin tocar a nadie. La gente murmuraba: “Si se puede, pero es que en este país toca todo a los trancazos…”
En este país.
País: Colombia.
Mucho se ha dicho de este adorado país machista, repleto de colombianos, muchos de ellos con ganas de huir al primer mundo. Y uno de ellos es este UNDERDOG que se devolvió porque aquí “hay cosas que pueden cambiar”.
Hoy tuve la oportunidad de imaginar por un momento algo que se está volviendo utópico en los rolomen y rolowomen de la UGLY CITY: Un METRO. Me imaginaba ese tren que iba subterráneo,  y me hacía llegar de Norte a Sur en 30 minutos tiempo real. Me imaginé que el trancon era sólo para motivos de conmemoración al desaparecido trancon.
Me imaginé que para viajar a Santa Marta, la opción de los que no podíamos por avión era un tren que salía desde la estación de Bogotá y recorría los 992 kilómetros en cinco horas.
Por un momento, vi que los bogotanos no iban durmiendo en el bus, sino que iban leyendo. E incluso esperaban con un libro abierto, en una fila bien hecha. Los buses llegaban y la gente se subía, sin tropezones, en orden.
Por un momento me inventé un país lo suficientemente perfecto para nuestra imperfección. Un lugar que de verdad atrapa a su gente. Donde se va más al teatro que a “jartar pola”. Más al parque que al prostíbulo. Donde los bancos eran para sentarse y no para hacer fila con mala cara. Donde no hay ñeros. Donde hay sol los domingos y llueve los lunes.
Me soñé un país raro y casi imposible. Donde estudiar es una obligación más que una opción y donde nadie se ufana con un solo premio Nobel, porque hay muchos. Donde no quedamos de sextos en unos juegos Panamericanos y donde somos un reto para una Copa Mundo.  Donde hay buen cine, buenos programas de televisión y buena música.
Sé que ya lo han dicho muchas veces. Y me importa un pito. Tuve esta extraña sensación dentro de un bus rojo, donde la gente se subió como gente. Tuve un momento de esperanza. Déjenme. Sé que llegaré a viejo y no montaré en un METRO, la gente seguirá siendo inculta, el plan de pueblo seguirá siendo la pola, los bancos serán odiados, los domingos lloverá, estudiar es una opción para pocos, el fútbol apesta, somos los últimos de las estadísticas. BAH. Colombia. La quiero y la odio.
No me hagan caso. Sólo soy un comediante que escribe mal, pero al menos escribo.

Saturday 19 November 2011

BITÁCORA DEL COMEDIANTE ANÓNIMO



Los nervios son particulares. Dicen que si uno no siente nervios es augurio que las cosas van a salir mal. Tras bambalinas los comediantes hacen rituales de éxito: desean “mucha mierda”, “romperse una pata” o simplemente un hálito de energía para “sacarla del estadio” o para “romperla” (en inglés to kill)
El micrófono está listo. La primera línea está  preparada, esa nunca falla (opening). Suena la música que pediste para tu show. El que anuncia, pide aplausos para ti, anónimo comediante. Sales a escena y ves que la sala cuya capacidad es para 150 personas, la llena sólo ocho personas: cuatro son amigos de la casa, cuatro pagaron boleta.
Pero es tanta la alegría que ves en los ojos de esas personas que los nervios son más inherentes al momento.

El show debe continuar. Ocho personas creyeron en ese show. La comedia se hace más intima. Te burlas de lo bien que te conocen. Y tu primera línea ha fallado… Nunca la dices… es momento de charlar un poco con los ocho (riffing). En un momento ves que ellos son complices, los saludas, ellos se emocionan. Estan frente al comediante UNDERDOG. El menos favorito, el anónimo, el del común, el que no tiene recordación, y no es favorito de nadie.
Empiezas tu show. Inventas una rutina de ese momento. Eres capaz de acuñar una frase ahí, en esa sala (runner). Juegas con las imágenes y retrocedes apuntes (call back). El comediante anónimo cierra los ojos… es un UNDERDOG que está en un gran teatro. Acaba de hacer función Chris Rock. Seinfeld lo presenta. El público estalla en emoción y hace la mejor rutina de su vida. Las risas son frecuentes, tiene un ritmo arrollador (LPM Laugh per minute). Saca su comedia de las vísceras, se ríe de su tragedia, de su vicisitud, de cómo es un anónimo sin reconocimiento en la calle. No es el favorito de nadie. La gente en el teatro se emociona. El comediante es el público, es la gente, por fin tienen un vocero. El comediante suda. La energía que ha condensado la sacó en la escena. El teatro lo ovaciona. Los flashes estallan por doquier. La gente aplaude y grita. Son ellos, son el comediante.
Los miles que pagaron se ponen de pie ante la última línea. Los aplausos son incesantes. El comediante termina su rutina. Las gotas de sudor resbalan por su frente y se mezclan con los cables del micrófono. Hay una venia. Los aplausos son varios. Los aplausos de las ocho personas que dicen: la hemos pasado muy bien…
(to kill or to bomb… that´s the law in Stand Up Comedy)

Sunday 13 November 2011

CAMA DOBLE SIN COMPAÑÍA ES COMO IPOD SIN AUDIFONOS



(UN DOMINGO LLUVIOSO, un domingo cualquiera, cualquier domingo, domingo zorro)

Ser soltero es despertar un domingo cualquiera. Un domingo como hoy. Haber dejado el televisor prendido toda la noche y tener las ganas de comprar uno de los productos de TELEVENTAS ya que el subliminal hizo efecto. Quiero comprar hoy una olla arrocera ultra hot y una crema llamada VOLUPSEN. El celular me estaba sonando hace rato, pero como le pasa a muchos, fue ignorado. ¿Han despertado y solo pueden abrir un ojo?

El control remoto del televisor lo había dejado al lado de mi almohada, pero parece que tiene “patas” porque amaneció en la mesa del comedor. Quería cambiar el canal, y cuando uno tiene el control, tiene el poder. Cuando no tienes el control, tienes que pararte a cambiar el canal. Así puse el canal cualquiera. Tres “espichadas” de botón y dejé una película ochentera: “Honey, I shrunk the kids”. Increíble que me haya quedado viéndola, si yo tuve el gusto de verla en BETAMAX e incluso de comprar algunos recuerdos de la franquicia.

Un domingo cualquiera, un domingo como hoy, me da por ver que hace la gente. Todos escriben ufanándose de sus parejas: "Tendré un día de “arrunchis”. ARRUNCHIS… de arrunchis a arrechis hay un poquito de diferencia. Con eso me lo dicen todo. Y eso me da envidia.   
Un domingo cualquiera, un domingo como hoy, me preparo para el pan y circo que mi país me ofrece hoy. El reinado. Ver mujeres desfilando ante los ojos de los hombres “arrechos” que imaginan cual de ellas será el bocadillo más apetitoso. Las reinas a las cuales uno quisiera hacerle las preguntas:

-          ¿Por qué cuando dicen: Vamos a hacer aseo en la casa, la gente no se baña?
-          ¿Por qué la gente cree los agüeros de Javier Hernández Bonnet?
-    ¿Por qué se metió de reina de belleza y no siguió estudiando sabiendo que hay mas oportunidades siendo del común y no aquí ya que algún traqueto le va a caer?
-          ¿Le caminaría a Silvio Berlusconni? ¿Si sabe quien es?
-          ¿Cuál es el sinónimo de la palabra sinónimo si el antónimo de antónimo es sinónimo?

O les haría preguntas tipo ICFES de mi época. La idea es corcharlas. Aunque muchos preferirían descorcharlas.

Un domingo cualquiera, un domingo zorro, abriré CUEVANA. Veré otro capitulo de Fringe y me imaginaré que hay un mundo paralelo donde un tipo como yo, en un domingo cualquiera, un domingo zorro, está arrunchado viendo un reinado de feas, donde califican su IQ con preguntas imbéciles. Tendrá un gato llamado Cheeky y estará esperando a su nena que acaba de escribir en su Twitter que un domingo hoy lo mejor es ir a hacer plan arrunchis, plan arrechis. ¡Que vivan las series como FRINGE!

Un domingo cualquiera, un domingo como hoy, un domingo zorro, siendo soltero me sentaré a hacer lo que hacen los solteros. Abrir el Facebook, desde mi portátil, en mi cama. Ver que desocupado como yo está al otro lado. Tendré una charla insulsa. Cambiaré de canales y escucharé televisión, porque ya casi no vemos. Y así hasta que deje de llover. Con frío no dan ganas de hacer nada. Para eso son los domingos cualquiera, los domingos zorros, los domingos como hoy.  

Friday 11 November 2011

UN TIQUETE POR FAVOR (Primera parte viajando por Europa)



Puerto de Calais. Francia. Un día de Agosto del 2008.

El Ferry esta llegando a la costa francesa. Primera vez en mi vida que viajo sobre el mar. Estoy en un barco y por culpa del cine, exactamente de “Titanic”, pienso que vamos a chocar con un iceberg. Pero hemos llegado al puerto de Calais. El viaje sigue en bus hasta Bruselas. Miró por la ventana de mi bus y los paisajes son como pintados por Dios con el pelo de Bob Ross. Uno se quedaría muchas horas observando. Hay vacas, pero por un instante juego en mi mente con la diferencia entre una vaca francesa y una vaca colombiana. ¿Por qué todo lo colombiano nos parece malo? Son exactamente iguales. La vaca francesa no muge en francés.

El bus se detiene en Lyon. Y para alguien que no había ido más lejos de Cali (Colombia) y digno representante de Suba Rincón, se le nota la admiración por el sol que hace en ese momento. Hemos llegado a Bruselas. Hemos, digo, porque viajo con un recuerdo. Una ciudad europea, orgullosa por sus calles sucias. Sí, por sus calles sucias y llenas de bolsas de plastico volando por todo lado. Papeles que caminan al lado de los transeúntes. Papeles con vida y rumbo.

Me voy a quedar en un hostal. Primera vez que lo hago. El de turno no es muy bueno pero es famoso porque allí vivió Van Gogh. El de la oreja, el pintor frustrado cuyos cuadros se hicieron famosos después de muerto. Me senté en una silla que pudo haber sido usada por este tipo. Miré por la ventana por la que pudo haber mirado Van Gogh. Miré las calles sucias de Bruselas y salí a dar una vuelta. Llegué a una estatua llamada el MANNEKEN PIS. Un niño haciendo chichi. Una fuente visitada por todos los turistas que toman fotos sin cesar. Un niño cuya orina de liquido cristalino no deja de caer. Una invitación para que turistas como yo hagamos chichi en las calles. Para alguien de Bruselas es algo normal. Para mí, no lo es. Pero como turista lo hice. Y es normal. No tuve que ocultarme. No esperé que un policía me detuviera. Y así las calles con arroyuelos improvisados bajo mis pies dejaban correr “mi agüita amarilla”.


En el hostal me esperaban la cerveza Belga. En  la barra hablaban ingles para mi fortuna, porque no domino el francés ni el DUTCH. El cantinero me explicaba que la cerveza Belga es única porque está hecha con una bacteria que sólo crece en los campos de este país. Y si… me dio chichi como suele pasar con todas las cervezas y una vez más salí a la calle a esparcir mi líquido espumoso dejando que la bacteria Belga regresara una vez a la calle donde pertenecía. Si Van Gogh me hubiese visto desde la ventana se inspiraría de ver a un “sudaca” nervioso, orinando con angustia, porque si esto pasará en su ciudad, las mujeres entrarían en un ataque de miradas acusatorias porque eso NO SE HACE.


Bruselas. Caminé despacio en compañía de mi recuerdo. Vimos un tranvía. Por un momento tuve nostalgia de un pasado que no viví. Esos deberían estar aún en mi UGLY CITY. Estatuas irrespetadas. Calles con bolsas de plástico volando sin rumbo, como una escena de la película “American beauty”. Y si. Por un segundo me detengo a mirarla. La persigo. La bolsa cae en la esquina donde hay un muñequito orinando sin cesar. De la nada sale un niño rubio y feliz, pisando los “miaos” de algún borracho sudaca que por primera vez puso su humanidad en una ciudad sucia pero alegre.

http://es.wikipedia.org/wiki/Manneken_Pis

Wednesday 9 November 2011

CON UN OJO ABIERTO



(Los días sin dormir bien aprovechados)

Quinto día de somnifobia. Las ojeras se notan. El dolor de cabeza es resiliente. La cara se ve agotada y no es necesario que alguien lo diga. La almohada esta cansada de sostener mi cabeza y yo cansado de ponerla. Ha sido un pacto silencioso.

Las cobijas pesan y el techo es la visión periférica de mundos distantes. De universos paralelos. De ella.

Cierro un ojo. Al menos para que duerma media cara. Dormir por turnos es una nueva experiencia. Y cuando el cuerpo cansado no resiste más, uno no sabe si está confundiendo realidades. Lo real depende de la perspectiva. Mi cuarto sigue siendo el mismo. Pero ahora no sé si estoy soñando o es real todo lo que veo. No me da risa. Pero los que entran al cuarto se ríen de lo que hago. Total, la comedia sigue estando conmigo donde quiera que vaya.

La falta de sueño me hace ver cosas raras. Cobijas de siete tigres que rasguñan. Amigos que fallan. Odios que aparecen. Trato de escribir lo que se me ocurra, pero al igual que mi comedia, es algo sin sentido. Algo que no interesaría al más asiduo lector. Abro el ojo que descansó y cierro el otro. Ella está ahí. Se sienta y me acaricia la mejilla del ojo cerrado. ¿Es mi realidad? ¿Es mi sueño?

No habla. Está de espaldas. Justo cómo siempre la he visto. Con mi ojo abierto trato de acariciar su cabello, pero le jalo un pelo y se enoja. Desaparece. La puerta se abre. La luz entra de la nada. Miro al techo y un ventilador que antes no había visto esta dando vueltas dándome frío. Alguien me quitó mi cobija. Los tigres se han escapado.

Giro mi cuerpo. Ahora trato de poner mi cara en la almohada ya que la cabeza no le gusta. Siento sus manos de uñas cortas. Esmalte rojo. Me dibuja algo en la espalda y es un escenario, un micrófono, una silla, agua. Me da un beso en la mitad de mi columna. Giro el cuerpo y abro el ojo dormido. El ventilador no está. Estoy en otro cuarto.

Cierro el ojo que ya descansó. Suena el PIN de mi blackberry. Alguien me escribe. Estiro la mano del ojo dormido y con el ojo despierto leo: Una carita feliz de alguien que da vueltas en su cama. Escribo algo y suelto el celular. Levanto un poco la cabeza y hay un televisor prendido en un canal sin señal. La estática produce risas. Las risas las produce el comediante de turno. El comediante de turno hace la rutina del ojo dormido y el sueño raro.

Cierro los dos ojos. Los obligo a hacerlo. Son segundos de paz. Ella entra y me besa la boca. Me besa ambos ojos y dice algo que no entiendo. Es un idioma que nos inventamos. ¿Han tenido esa sensación de querer moverse pero algo los aprisiona a la cama y sienten la angustia de que ha llegado su hora? Es ahí donde con la claridad del canto de una sirena, ella me dice: Ven, comediante… levántate ya. Pero no puedo. Siento un ventilador en el techo. Siento que los tigres han vuelto. Siento que todo da vueltas. Y abro un ojo. Huelo un perfume a punto de desvanecer. Y escucho la maldita alarma que indica que la noche ha terminado…

Saturday 5 November 2011

CARTA A MI MISMO



Bogotá, 06 de Noviembre de 2011. 12:07 a.m.

Querido yo.

Para cuando lea esta porquería de misiva escrita en un computador a medio morir, espero que aún tenga vista para leer. Sabemos que desde que tenía 10 años ha sufrido de miopía.

Espero que en esa época no se haya acabado el mundo tal y como lo predijeron los Mayas y la película 2012, o como lo predijo James Cameron con Terminator, o como lo predijo Danny Boyle con “28 days later” o incluso usted no sea el protagonista de "I am legend" pero en la Ugly City.

Quisiera saber si las cosas que le competen hoy ya las cumplió. ¿Si pudimos con aquello? ¿No se cansó como solía cansarse? ¿Le siguió teniendo miedo a…?
¿Siguió siendo comediante o se atortoló por una crítica?  ¿La UGLY CITY siguió siendo la misma? ¿Se inventaron las patinetas voladoras de “Back to the future”? Tengo tantas preguntas que hacerle, pero sería insulso que me respondiera esta “miniepistola”.

Desde que decidimos vivir el presente, sabiendo que el tiempo es una ilusión que arrebata el don de la paciencia, la vida ha sido rara. ¿Siguió siendo impaciente cucho?

Espero que haya logrado hacer esa obra vasta donde la gente se reiría bastante.  Es importante que haya logrado su propio estilo, pues hasta el día de hoy, somos un hibrido de humanos monta-busetas-habitantes-de-suba-come-hamburguesas-camina-resto-pide-rebajas. ¿Al fin viajó a Japón? ¿Volvió a Londres a visitar a sus fanáticas de la mala salsa?

Creo que usted es un tipo feliz y realizado. Sigue con sus rarezas compulsivas de no querer ver a nadie un día soleado y de repente, como si la vida fuera un teclado de computador, oprimir la tecla DELETE y cambiar su rutina de un momento a otro. ¿Al fin escribió el libro aquel?

Cucho… yo mismo… ¿Tiene nietos? ¿Se casó por fin con esa chica sin rostro? ¿Ya casito se muere? ¿Ya vio la luz al final del túnel? ¿Siguió saliendo en televisión pero no lo reconocen en la calle? ¿Siguió amando a los zombies? ¿Hay zombies?

Yo mismo del futuro. Ojalá pudiese responderme esta carta. Cuando uno escribe en la noche, y piensa en usted mismo, por allá en el futuro, se siente de todo. Se siente que si se puede hacer resto de cosas. Que se puede ser héroe. Que estando con vida, en algún lado, hay una oportunidad. Espero que haya abierto los ojos y no se le haya pasado el chance, su talismán, su bendición…

Espero haya cambiado de computador.

Espero alcance a leer esto… Y no se haya muerto.

Me cae bien, parcero… Yo mismo. 

Wednesday 2 November 2011

SOY UNDERDOG


¿Quiénes somos realmente los UNDERDOGS? Seres normales, habitantes de las ciudades, de los pueblos, de los barrios, de cualquier lado. Somos los últimos de la fila, los últimos en levantar la mano, los estudiantes que pasaron desapercibidos en el bachillerato.

Los UNDERDOGS somos los que nos costó, por mucho tiempo, salir con alguien a ver una mugre película en cine. Y ese alguien, por supuesto, tenía que ser del género opuesto. Somos los débiles que temblamos ante los grandes.

Los UNDERDOGS somos los que nos asustamos esa vez que el loco de turno nos pidió una moneda, y en nuestro susto le dimos un billete de 20.000.

Los UNDERDOGS tenemos la buena fortuna de tener una familia numerosa, y no caber en la foto familiar.

Los UNDERDOGS nos mandan por el “mandado” porque el resto de la familia si tiene algo que hacer. Somos los que hacemos la fila para pedir el computador prestado. Somos los del “al gol entra” y nunca hacían gol.

Los UNDERDOGS jugábamos escondidas americanas y nadie nos encontraba. Somos los elegidos para contar en las escondidas normales. Somos los niños que pedimos pista para que nos dejaran jugar “rejo quemado”.

Los UNDERDOGS no aprendimos física, y en educación física éramos el mal ejemplo de la clase. Nuestro amigo secreto, siempre fue un secreto.

Los UNDERDOGS pasamos desapercibidos en los buses, no nos paran los taxis, las cámaras nos tienen miedo. No tenemos nada que contar.

Los UNDERDOGS somos sombras en la noche. Somos bulto en la multitud. Somos fantasmas en un mar de sabanas. Somos mutantes sin poderes, héroes adictos a la kriptonita.

Y los UNDERDOGS son los que tienen un poder tan áspero de cambiar todo lo que les pasa, … la vida le sonríe a un UNDERDOG...

Cuando un UNDERDOG aparece en la escena de este teatro llamado VIDA, es cuando esa fuerza poderosa aparece, haciendo quedar mal a los fuertes, dando un toque personal a la debilidad. Y a esa fuerza, la fuerza del UNDERDOG, yo la llamo DIOS.

Monday 24 October 2011

Las Amas de Casa Desesperadas


Uno termina una función de comedia. La gente que le gustó saluda, regalan copas de alcohol que en mis días abstemios son derramadas sutilmente. Los que no saben, ni les agrado, salen corriendo y no pagan el cover. Y queda una mesa más por saludar. Las mujeres “mayorcitas” que se han escapado de sus maridos o de su pasado. Cinco mujeres sentadas en una mesa. Me llaman, me saludan, me piden un chiste más, “en exclusiva para ellas”. Algún chiste sobre maridos “cachoneados”, una especie de venganza con risa. No me lo sé porque no me sé sino tres chistes que detesto. Y me abren un espacio entre sus sillas, soy bienvenido a la mesa de las “Amas de casa desesperadas”.

Tengo la obligación de observar detalladamente todo lo que hacen. Lo que dicen e imaginar como eran cuando colegialas. Son amigas de toda la vida. Están recordando cuando se conocieron sin hijos y con esperanzas. Hoy ya no quieren saber de sus hijos, al menos por una noche. Quieren ser jóvenes una vez más… El tiempo es implacable, aunque sólo sea una ilusión. Levantan las copas y brindan por el “pollito” que les llegó a la mesa. Me preguntan la edad y se burlan… En este aquelarre improvisado soy la “presa que cayó en la olla”.

De ahora en adelante escuchó una y otra vez: “Quien ve al pollito…” El alcohol logra su cometido y soy el espectador sobrio del mejor show de mujeres mayores y borrachas. Una de ellas, al mejor estilo de Sharon Stone me cruza la pierna mostrándome su celulitis, pero su coquetería aún esta vigente. Otra me hace preguntas de cómo caerle a un “sardino”. Y si dice “sardino” creo que ella acabó de pasar los 40. Otra me dice que tiene mucho dinero y no tiene con quien gastarlo. Y una me confiesa que es “rechanchullera” y que le gusta meter cocaína al ritmo de la música llanera.

El Karaoke es la siguiente opción. Cada una agarra el micrófono con la emoción de una audición. Y piden sus canciones. Las que las hacen recordar los momentos tristes y a grito herido pueden expresar lo que sienten, lo que son después de cuarenta y tantos años de arrugas innecesarias, de cuidados precisos, de feminidad sosegada. Por un momento las veo jóvenes, el cuerpo es solo la cáscara de un alma encerrada y libre. Se abrazan, brindan con ron y se agarran sus anchas cinturas bailando un reggaeton.

Hora de irse. El cuento de la Cenicienta ya no importa. Se escabullen a seguir sus vidas. No se despiden, el “pollito” no era un gran conversador. La última de ellas agarra un taxi y le dice: por favor, a mi casa. Baja la ventana y me dice: “Aproveche que es joven… Pásela bueno “pollito”…”

Se fueron las señoras a las que suelo darle el puesto en un bus. Pero hoy eran las almas libres encerradas en esos cuerpos de mujeres grandes… desesperadas.

Monday 17 October 2011

Bogotano, ochentero.

Bogotano, Ochentero

Ser bogotano es algo complicado. La búsqueda de las raíces autóctonas lo lleva a uno a preguntarse: ¿De donde vengo? ¿Por qué nací aquí en la UGLY CITY y no en París, donde se supone la cigüeña debió haberse quedado? Bogotá… ciudad horrible, pero usando un oxímoron, ciudad que se ama.

Los pocos recuerdos de mi caótica ciudad se remontan a un lugar donde mi mamá solía comprar tennis en promoción para sus tres hijos que estudiaban en la pública: San Victorino. Los negocios se ubicaban en la zona peatonal, los peatones caminábamos en la zona vehicular y los vehículos se movilizaban por donde pudieran.

Ser ochenteno en esa época era salir a jugar con el miedo a la leyenda urbana que a los niños algún loco “desparchado” los robaba y los convertía en salchichón cervecero. De ahí, la leyenda urbana de la uña de niño en un pedazo de salchichón.

Ir al centro era un poco peligroso ya que la ciudad colindaba con la desaparecida “Calle del Cartucho” perteneciente al Barrio Santa Inés. Agarrado de la mano de mi mamá (súper héroe defensora con arma mortal llamada tacón puntilla) me asomaba a ver un poco de esa calle. Desde esos días mi gusto por los zombies sería único.

Yo monté en “Trolley”. Un bus eléctrico y extinto, limpio, lento, arma trancones, pasaje a 50 pesos, cuya rememblanza con nuestro actual Transmilenio hizo pensar a muchos ancianos que los Trolleys habian vuelto del cementerio de chatarra.

Ser bogotano, ochentero me hizo criar con las películas de terror y verlas en un televisor TOSHIBA blanco y negro de carcaza roja con una especie de tubos de ensayo ubicados en la parte de atrás. Teníamos una antena improvisada con un gancho de ropa y era el perfecto roba señal para poder ver a tiempo las aventuras de Nopo y Gonta. Me considero un Toshibero, hoy esa marca permanece. No el televisor, destruido vilmente por una tía ofendida en venganza a mi progenitora.

Soy bogotano, ochentero. Los tiempos cambian. Pero los lunes festivos se siguen pareciendo a esa época fugaz, única, maravillosa. Si esto no fuera parte de un blog, sino parte de una serie de televisión, de fondo sonaría una canción de Los Beatles “With a Little Help from my friends”… pero en versión de Joe Cocker. Soy bogotano, ochentero, y hoy tengo nostalgia de la fealdad de mi ciudad.

Saturday 8 October 2011

FE

Y mientras la tormenta se desataba en el pequeño lago, los doce cansados hombres clamaban al cielo por un milagro. De repente, a lo lejos, se ve la figura de un hombre que viene caminando sobre las aguas. Es Pedro el más osado que se atreve a proferir: -¡Si no eres un fantasma, manda que yo camine sobre las aguas hacia ti!- A lo lejos se escucha un grito: -¡Ven!-

Emocionado por que lo vean caminar sobre las aguas hacia su Señor, Pedro se lanza sin premeditaciones, ahogándose en lo más profundo del lago.

Desde ese día, los pescadores saben que nunca deben hacer caso a los juguetones fantasmas que caminan sin rumbo sobre las mansas aguas del lago.

Sunday 24 July 2011

MALDITA GOMELERIA

Desde que empecé en este rudo arte de la comedia de a pie, siempre me he subido al escenario con una maldita premisa que me enseñó uno de los senseis de esta vaina, el viejito más enérgico que he conocido: Robert Nield. “Aquí vinimos a matar o ser asesinados boludo”. Y con ese miedo me subo. Esto es una guerra. No se que diablos decir, o como vaya a salir la vaina, o si en el público este escondido un critico de mierda que le haya perdido el gusto a la risa. Mi humor no es inteligente. Son simples cosas que me han pasado, es mas una catarsis insulsa que hace reír a varios, no a los más "inteligentes".

Definitivamente estoy a años luz de ser un excelente comediante. Ni sé como llegar a hacerlo. Aquí estamos, aquí vamos, peleando, luchando. Sólo quiero hacer una pequeña venganza contra los peores públicos a los que me he enfrentado. Y exponer una queja aciaga que será de valor incomprendido para el desocupado que se atreva a leer estas líneas. Los peores públicos. Existen. Se topan en el día menos esperado y lo dejan a uno de comediante tímido en estado de comediante frustrado.

Anhelo que un “carenalga” que es demasiado inteligente para reírse de las insulsas premisas, se pare en un escenario por un momento. Que diga algo de lo que posiblemente considera buen humor. Que sufra como muchos comediantes han sufrido. Que patine en la mierda, como muchos comediantes lo han hecho. Que su mente quede en blanco y sienta que se está ahogando en un mar de ojos enjuiciadores. ¡Que chupe!

Un último saludo de desprecio al público asqueroso que me he topado en este “Sendero de risas”. Gracias. Esa frustración que dejan con sus miradas culas, me reta. Sin esas caídas y esas criticas y esa escasez de “caja” sólo me queda una conclusión. Voy por buen camino. Un saludo al último público gomelo que tuvo la oportunidad de crear el silencio más incomodo que haya experimentado. Los veré de nuevo, y como el personaje de una historia corta de Jairo Aníbal Niño: Los mataré de la risa la próxima, tiranos del silencio.

Saturday 11 June 2011

En blanco se escriben las cosas

Detestaba el ruido que hacia el agua hirviendo. Siempre lo desesperaba cuando trataba de conciliar el sueno en las mananas, antes de salir a trabajar. El golpe implacable que hacian las chancletas de su vecina lo atormentaba. El golpear de cubiertos y el canto chimbo de una bolsa de plastico sofocaba la ultima parte de las imagenes borrosas de aquellos suenos que nunca nos acordamos. - vieja cabrona! Como jode y no deja dormir…!!! Ojala se muriera esa perra vieja…! Murmuraba debajo de las cobijas. Lo peor estaba por llegar. Cuando la anciana encendia el radio y se escuchaba la fastidiosa voz del locutor Americo Rivero con licencia no me acuerdo el numero. Aleeeerrrrtaaaa Bogoooota, un camionero atropello con su vehiculo a una nina que jugaba en la calle. El conductor huyo de la escena dejando a la pequena Marina debajo de las llantas. Por fortuna, solo le lastimo una pierna pero la nina podria quedar incapacitada. Aleeeeerrrrtaaaaa Bogota, Manuel Marulanda a enviado una carta a la Presidencia..."

Dan, asi le decian a este flaco con nariz aguilena y cabello ondulado, se levanto al fin de la cama mientras se preguntaba porque no se habia muerto ese locutor que desde nino habia estado escuchando cada manana. Como todos los hombres de mundo, hizo lo que a toda mujer le parece un acto asqueroso e intolerable, se rasco los testiculos y luego olio su mano... Rascandose las nalgas fue hasta el bano, saco su amiguillo incondicional y traicionero y lo sacudio con violencia tratando de orinar un pelo rebelde que navegaba silencioso en el mar del inodoro. Se miraba al espejo y miraba con esfuerzo esa muela que le dolia desde hacia anos, pero por miedo al odontologo, no habia ido a que se la sacaran.

Salio del bano y entro a la ducha. Miraba con ternura su invaluable aparato mientras pensaba en las veces que habia echo gritar a sus novias... Que cosa mas rica tienes nene!!! Le decian casi siempre. Dan, cogio el jabon y arranco otro pelo, que no era suyo... Y con asco empezo a sentir como el agua caliente empezaba a rebotar en su cuerpo, enrojeciendo su pecho lampino y motivandolo a retomar ese sueno frustado de ser cantante. Siempre se acordaba de ese molesto vallenato que se aprendio en el viaje que solia hacer desde el Lago Timiza hasta la Carrera 7, donde el colectivo giraba por la once para subir a Germania. Siempre cogia el mismo colectivo y siempre era el mismo conductor quien le recibia el billete arrugado de dos mil y, por ser el primer pasajero, tenia que aguantar la verguenza de levantar la voz en frente de los 20 rostros desconocidos para pedir las vueltas de su billete. En ese colectivo se aprendio el vallenato de Emiliano Zuleta que decia: Un verso bien sutil y dirigido delicado y sensitivo quisiera componer yo... Ese era su viejo ritual de bano. Su propio concierto de vallenato mal cantado, su propia verguenza en su lugar de ritos viejos. Sus amigos no podrian enterarse nunca que aquel guitarrista del grupo "joy - a, homenaje a Ian Curtis" , cantaba vallenatos en la ducha. Hubiese sido una blasfemia para sus seguidores. Los mismos veinte estudiantes del intituto Triangulo que iban a tomar pola los viernes y a pretender que eran rockeros vieja guardia, tarariando en un pesimo ingles las canciones de Joy Division.

El viejo Dan por fin salio de la ducha. Pensaba que estaba en el cielo por la atmosfera celestial que resultaba de un bano de agua caliente. Tenia una rara obsesion con su pequeno amigo. Le gustaba mover las caderas y le encantaba el ruido que producia cuando se estrellaba con sus piernas. Era un ruido parecido al que hacia su vieja bateria de los Mupets Babies, la que lo llevo a ser musico de garaje. Al salir del bano, con la toalla envuelta en su cintura, el cabello escurriendo agua y las tetillas recogidas del frio, se encontro de frente con la anciana que vivia en el cuarto contiguo del inquilinato. Estaba esperando su turno de usar la ducha, como todas las mananas, a la misma hora, desde que se paso a vivir a esa casa.

" Buenos dias dona Irene" saludaba Dan con una sonrisa languida. "Como le va joven" replicaba a su vez dona Irene, que con asco atisbaba el bano lleno de vapor y terminaba su sentencia mananera: "Uy jovencito, trate de banarse con un poquito de aguita fria, vea que tanta agua caliente es mala y ademas le da pereza el resto del dia... Y la proxima vez acomidase a coger un trapito y echele una secadita al bano, eso no se le cae nada por coger el trapero que esta detras de esa puerta y..." el resto no lo escuchaba. Esa senora parecia una maquina de repetir oraciones de madres pulcras. "Siempre me dice lo mismo esta cucha... Que mamera de vieja...!" Pensaba Dan mientras le decia: "Si sumerce, tranquila banese que ahorita mismito voy y lo limpio... Pierda cuidado" La esquivaba y escuchando sus propias chancletas de caucho, corria hasta su cuarto a cambiarse porque ya estaba sobre el tiempo.

Sobre su cama, estaba ese feo uniforme de Carrefour, esa misma camisa blanca que tenia una pequena mancha producida por el sudor mezclado con desodorante. Esa maldita corbata de rayitas y ese pantalon que ya se habia roto en la pretina y a veces las clientes le miraban el color de los calzoncillos. Odiaba su uniforme. Solo los viernes podia vestirse como el queria. Con sus Converse chiviadas, sus jeans rotos y sus camisetas con mensajes tontos: Entrenador de sexo, Mi amigo el de al lado es gay, y esa con letrero distorsionado que rezaba: Mucho sexo produce ceguera.

Esa era su vida. Ya era hora de salir sin desayunar porque en su almacen se podia robar un yogurth y se lo tomaba en la bodega. Tenia que tomar el colectivo amarillito que lo llevaba directo a su trabajo. Hacia frio en las mananas. Sabia que iba temprano porque en el paradero estaba la mujer que jugaba con el celular, quiza por los nervios o por distraer el frio. Quizas porque no llevaba un libro para leer mientras tanto. Tambien estaba la colegiala que siempre llevaba algo nuevo en la mano. Si no era una triste maqueta de plastina con el croquis de Colombia, era una donde estaban cada una de montanas de nuestro pais, o un vaso con un frijol creciendo en una mota de algodon. Tan pronto llegaba el, aparecia un hombre lleno de canas que vestia traje de corbata y bajo el brazo un periodico arrugado abierto en la seccion de noticias internacionales. Ellos eran sus amigos de la manana. Desde que se paso a vivir a esa casa siempre los veia. Alli estaban como si fuesen mensajeros del tiempo que le mostraban que iba a buena hora para su trabajo.

Desde el momento que llegaba, hasta el momento de terminar su jornada, Dan tenia una rara obsesion por la hora. Miraba, no solo el reloj de su muneca, sino que miraba el de su Nokia 1100. Cada cinco minutos miraba la hora. Y empezaba a calcular en su mente cuantas faltaban para que el dia terminara. Se subia al colectivo y se hacia en la silla de la llanta, esa donde sus piernas se recogian como en posicion fetal y donde sabia que iba a caer dormido tan pronto el colectivo saliera del barrio. Sus tres silenciosos companeros se sentaban en las mismas sillas, como si fueran los duenos titulares de cada una de ellas. Dan hacia una mueca parecida a una sonrisa cuando veia al hombre del periodico sentarse en la ultima silla detras de el. Esa era la senal para que el colectivo arrancara la marcha hacia su dia. Su aburrido dia.

Todos esos silenciosos clientes que acudian a su seccion, buscando un refresco para sus almas sucias. "Disculpe, donde puedo encontrar shampoo mata piojos?" "Disculpe, venden aqui ese shampoo anticaspa llamado Denorex?" Disculpe, donde puedo encontrar un quita hongos para los pies?" Una sociedad sucia y descuidada, asi lo podia ver dia tras dia en ese pasillo tedioso donde gracias a su tia Transito, que tenia una palanca con un cajero de Carrefour, Dan pudo entrar para sobrevivir en una ciudad que no lo recibio con mucha fortuna. " Son solo ocho horitas parce, y se larga". Pensaba, agachado, recogiendo cajas repletas de un nuevo shampoo para cabello graso. El reloj marcaba las 7:15 y entre dientes murmuraba una sandez antes de irse corriendo a timbrar tarjeta. No iba a los camerinos a cambiarse de ropa, para que, quien lo iba a mirar con ese uniforme. Daba lo mismo cuando se es invisible en una ciudad de fantasmas.

En la noche, pasaban muchos colectivos que lo llevarian a su casa. Tenia que cocinar algo rapido. El sabia que los hombres son practicos para las cosas de la cocina. Por eso no llevaba almuerzo, para eso compraba en la esquina del mondongo, donde dona Rita, que le hacia unas sopas por tan solo mil pesos "con un trisito de recado". Y por la noche se hacia un chocolate, o algo rapido para ir a la cama y levantarse al dia siguiente a hacer lo mismo que habia venido haciendo por mas de cinco meses.

Al llegar a la casa, sabia que se encontraria con la senora amable, la que era duena de ese horrible inquilinato. Lo recibia con una sonrisa amable mientras le decia: "Ya comio?" A esa hora ella estaba en la cocina, que compartian cuatro de los habitantes de la casa. Dan siempre le respondia con un "Si sumerce, muchas gracias..." Sin embargo, siempre le daba un plato de comida de alguna de esas rarezas que en el momento ella estaba cocinando.

Ese circulo vicioso de rutina ya estaba marcada en su piel. Sabia que no podia escapar, a menos que hiciera algo extraordinario, como aquellos hombres que para el eran leyenda: Ian Curtis o el cantante vallenato del Binomio de Oro que por perro, mataron a tiros y por eso trascendio... Se hizo celebre su virilidad de costeno con mostacho: Rafael Orozco, su idolo en silencio. Lo admiraba y lo admiraria en silencio.

KILLING CUPIDO

(Porque ese triple hijo de puta, merece morir cuando estoy triste)

“! Cambie esa música que lo vuelve mierda…! ” (Palabras de uno de mis amigos entrando sin permiso a mi cuarto)

Esta frente a mí. Acorralado. Le apunto y se siente el frío que hace silbar los peñascos. Esta lleno de sangre por todos lados. Respira hondo y ríe desaforadamente. Me mira y grita: “¿Por qué me quiere matar? ¿Qué le he hecho?”. Yo también sonrío, mas que una sonrisa es una mueca. Apunto con mi revolver directo a su cabeza. Esta acorralado. El risco es el fin del camino. Mi arma hace un “clic” seco. Solo es halar el gatillo y todo terminara aquí. Se habrá ido para siempre. No habrá más sufrimiento. Lo miro por última vez.

“! Hijo de la mismísima perra!” Miro como lentamente se mecen sus cabellos dorados con el viento. Como un suave murmullo de Dios. Veo como tiemblan sus manos fuertes que han tensado miles de veces el arco. Y todo el momento se confabula para escuchar su respiración entrecortada. Tiene miedo. Ríe confuso. Sabe que va a morir. Solo es apretar el gatillo. Mi dedo índice, aprieta suavemente…

(Regreso al pasado por unos instantes)

Estaba demasiado enamorado. No supe cuando paso, pero se que fue por todas sus visitas a mi casa. Y siempre con esas blusas de flores, escotadas y ese raro perfume. Definitivamente eso fue lo que me enamoro. No vi de donde venia la flecha, solo sentí una leve punzada, como cuando me atracaron en Suba Rincón. Sentí algo electrizante y lo primero que vi fue su sonrisa. Ella estaba hermosa ese día. Y tenía esa maldita hebillita que solía usar su hermana gemela… mi antiguo amor. Aunque su ropa nunca le salía, se veía hermosa.

Como un hombre de esta gigantesca y desordenada ciudad, me invento casualidades para probar que el flechazo sea mutuo. Y la llevo a caminar, sin gastarle una gota de agua hasta un feo asadero de pollos. Hemos caminado más de treinta cuadras, y esta clase de restaurantes no es lo ideal para una primera cita. Pero fue un éxito, pues también adoraba chupar los huesos de pollo, como yo. La ciudad es inteligente, y sabe cuando los humanos están teniendo citas; por eso a veces llora, se alegra con el sol, o simplemente se enfría para permitir que los hombres hagamos lo nuestro. Y preciso, ese día, hizo un frío espantoso y esta tonta no llevo chaqueta. La caballerosidad nos ha ensenado a prestar nuestra chaqueta a las mujeres que tienen frío. Pero el virtuosismo de una flecha recién clavada nos dicta: la magia que hay en el ambiente te permite convertirte en chaqueta solo para ella.

(Vuelvo al risco, teniéndolo al frente mío, apuntándole)

“¿Por qué lo hizo? ¿Quién le dijo que me flechara cuando estaba la hermana gemela de la que me hizo sufrir?” El solo sonríe, pues esta viciado con tanto esplendor. Empieza a carcajear como un loco, llevándose un puño a su boca limpiándose la saliva mezclada con sangre y secándose las lagrimas que se le han salido por el miedo del momento. “!solo no se porque…. Jajajajaja… Disfruto hacer eso todo el tiempo y usted es mi victima preferida!”… mi dedo aun esta deslizándose suavemente por el gatillo…

(Mi mente divaga de nuevo… malditos recuerdos)

Era Navidad. Llevábamos tres años del mejor de los amores, el envidiado por muchas mujeres. Algo que hace que uno aprenda a volar sin alas. Algo que hace que uno haga locuras, locuras como pintarle el frente de su casa con poemas escritos en tiza y adornar su salida a coger el bus con pétalos de rosa. Algo que hace que uno se convierta en su apoyo y madrugue a hacerle el desayuno, sabiendo que ella vive en el PUTO SUR… y yo en la extrema lejura. Algo que me hace sin quererlo, escribirle poemas cuando uno sabe que nunca será un Neruda. Eso que me hace contar cuentos de ella, para ella y por ella. Pero en esa Navidad, por primera vez tuve la imagen física de ESE. El rubio de las flechas subido en un tejado. Estaba tomando aguardiente. Porque a veces le da por ser un poco humano y mucho mas cuando le gusta nuestra cultura colombiana. Ella esta en su oficina, yo espero debajo de su ventana con una rosa que compre a un gamin. Al frente de ella esta su jefe, un calvo alto y bien parecido. ESE, está ebrio, y tensa su arco. Como en una especie de cámara lenta, veo como la flecha va en dirección equivocada. Los que se tenían que amar, que estaban en la panadería, nunca lo harán, la que no tenia porque ser flechada, lo es por segunda vez. Ella siente el punzón que sentí cuando la vi por primera vez, siente la electricidad que sentí cuando me atracaron en Suba Rincón, siente el vértigo, siente eso raro. Cierra sus ojos y tan pronto los abre, ve a su jefe…

(Tenemos que hablar… no eres tu, soy yo… perdóname… eres un gran hombre, encontraras una gran mujer… de verdad, la pase muy bien contigo, pero he conocido otro hombre… eres el bus que me sirve, pero me deja a ocho cuadras de mi destino, en cambio él, es como el taxi que me deja al frente… chao… ya sabe donde esta la puerta… Adiós… no me llame mas… se me salio el amor que le tenia…)

Soy de los pocos humanos maldecidos con el don de ver lo inmaterial. No sé cuando comenzó. Solo se que siempre veo cosas. Y desde niño aprendí a no asustarme con ellas. Conozco al Coco en persona. He visto a la Pata Sola y al Mohan. Conozco al monstruo que duerme debajo de mi cama, y he visto a Uñas, aquel ser espantoso que le golpea en la ventana a los niños para asustarlos. Pero el peor de los seres, al mas malvado, es a este que tengo al frente. Al cual he venido persiguiendo por 16 años, dos meses, quince días y doce horas. Mi abuela que es medio bruja me dijo que el ungüento de malpachaca es lo mejor para atrapar uno de estos. Use una prostituta para que se lo untara. Así logre golpearlo con un bate. Por eso tiene la nariz rota… por eso esta ensangrentado. Lo perseguí por varias ciudades, pues la Malpachaca no lo deja ocultar ni moverse como uno de los suyos. Perdió todas sus flechas. Esta con esos pantalones rotos y esa camiseta de microfutbol vieja. Esta acorralado, en el risco a punto de morir. Ríe como un loco, creo que nunca pensó que un humano pudiera hacer esto. Mi revolver esta listo. Mis dedos se resbalan por el gatillo…

Un sonido atronador retumba el espacio. Una bala surca lentamente desde mi arma hasta su ser. El impacto en su frente es profundo. Y veo como cae hasta perderse en lo profundo del barranco.

En ese momento, una luz celestial, ilumina mi humanidad. Una voz ininteligible me dice algo. Siento como de mi espalda brotan unas alas. En mi brazo derecho aparece un arco… y a mi lado una maleta Totto repleta de flechas.

Ahora estoy en frente de todos ustedes. Si no ven el arco, ni las flechas, me importa un soberano culo. Ahora soy el dueño de sus destinos. Cada vez que se me de la gana, los haré enloquecer de eso que me hizo enloquecer. Así no lo crean, o duden de esto, no hay más horrible venganza que verlos morir de amor…