Monday 19 December 2011

¿DONDE ESTÁ EL NIÑO DIOS?



¿Dónde está el niño Dios?
¡Yo lo dejé aquí!
¡ahhhh ese perro se comió al Niño Dios! ¡Vaya compre un Niño Dios en la miscelánea de la esquina…! ¡Vaya en bombas! (Conversaciones navideñas)

Ha llegado la Navidad de nuevo. He sobrevivido varias ya. En diferentes tradiciones. Hasta un Hanukkah.
Pero recuerdo con nostalgia aquella época del Niño Dios. La primera vez que lo ví lo encontré en un tarro de leche Klim donde guardábamos todas las figuritas navideñas. Era hecho en barro, una figurita artesanal. Estábamos armando el pesebre cuando en mi inocencia infantil puse a este bebecito en su lugar respectivo. Mi abuelita lo quitó de inmediato…  “¡NO HA NACIDO! ¡ESPERESE HASTA EL 24!”…  

La segunda vez que lo ví, estaba en una urna de cristal con una pijama rosada… Era muy rubio. Tenía las manos hacia el cielo y un grafiti que decía “YO REINARÉ”. Con todo el respeto que se merece quien haya hecho la figura… debió haberle puesto una pijamita azul… No confió en un niño que tenga una pijamita rosada y me amenace con un reinado…

La tercera vez que lo vi, fue repartiendo volantes en un centro comercial que no ha desaparecido pero que si cambió su razón social: SEARS. Hoy conocido como GALERIAS. Pero para mi sorpresa era Octubre. Repartía volantes de promoción navideña desde esas fechas. Tenía acné…
 
La última vez que lo vi… fue en la jeta de mi perro Flipper. A mi perro le gustaba el plástico… Alcancé a quitarlo sutilmente pero le dejó una hendidura en el ojo izquierdo y el pelo le quedó hecho una maraña de mordiscos de canino. Me angustié. Pensé que María me iba a juzgar por ese descuido. Le puse un pedazo de cinta en la cabeza. Se veía feo, mordido y con pelo. CON PELO… Era el primer bebé con pelo que nacía en Belén… Y además con un peinado de José Luis Rodriguez EL PUMA.

NO he vuelto a saber nada del Niño Dios. En mi casa ya no hay pesebres. Las casas diminutas y las figuras gigantes de ovejas mordisqueadas por mi perro Flipper han quedado relegadas a la esquina del cuarto de San Alejo, metidas en una bolsa del desaparecido CAFAM. Sin embargo, tengo la leve sospecha que el Niño Dios por ahí está… En algún lugar de mi casa. Mirando todo lo que hago. Anotando si merezco o no el regalo que le he pedido durante tantos años… Desde el primer día que lo vi, metido en lo profundo de un tarro de leche KLIM. ¿Será que me cogió entre ojos por sospechar que los muñecos cómo el no traen regalos?

Niño Dios, donde quiera que estés… No me tengas bronca. Sólo era un niño suspicaz cómo tú. 

1 comment:

  1. CAFAM no desparareciò mi amigo, simplement, ahora es una kja de compensaciòn...los supemercados CAFAM se fusionaron on SURTIMAX y ÈXITO...

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