Thursday 30 January 2020

RETOMANDO EL BLOG


Desde el 2014 no volví a escribir nada y ya es el año 2020. ¿Quién creería que sobrevivimos tanto tiempo?

Ya soy un hombre separado, tengo un hijo de cinco años, sigo haciendo comedia, me embarqué en la locura de volver a vivir con una mujer y "sufrir" lo básico con la premisa de pasarla bueno porque... ¿Para qué putas es el amor si no es para eso?

No soy tan famoso pero tampoco soy tan anónimo. Aún sigo creando mis chistes y sigo en la búsqueda de lo que un artista llama sus benditos quince minutos de fama. Sólo eso necesito para comprar una casa o una finca por allá lejos, preferiblemente en tierra fría e ir durante los días de reposo a atender gallinas y vivir de la producción de huevos campesinos. Sí, mi sueño a largo plazo es ser un campesino intelectual.

Ya salí del país a hacer chistes en español y volví con regalos para mi hijo. Ya por fin estoy coronando mis deudas pero como un buen ser humano lleno de inocencia me pica la mano para pedir algún otro crédito. Aprendí un poco el arte de ahorrar dinero. Ahora soy de esos humanos que cada mes tiene una cita casi romántica en la plaza de Corabastos para pedir rebaja por una bolsa llena de tomates, otra de cebolla y para abastecerme con una manotada de cilantro para el cual no encuentro un uso diario especifico.

Empecé a ver cómo al igual que el coronavirus, la comedia se ha hecho una especie de virus chino porque ahora por todo lado hay comediantes, unos buenos, otros talentosos, otros adictos a los silencios incomodos de parte del público y otros que han usado el trampolín de la fama para por fin tener coito tal como lo haría un rockero virgen que fue rechazado en el mundo real.

Después de seis años de no escribir este blog, algunas cosas siguen igual: Bogotá aún no tiene metro pero por primera vez tiene una alcaldesa. El mundo sigue calentándose. El humor es objetivo militar de movimientos organizados que se resienten por cualquier comentario. Es decir, las personas nos hemos vuelto más sentimentales ante las palabras zafadas que un comediante dice en cualquier momento coyuntural.

Ahora uso mucho Instagram. Hace seis años era más Facebook y Twitter pero ahora existe una adicción por conseguir seguidores. Eso ha hecho que los que hacemos chistes nos volvamos "esclavos" de entretenerlos todo el tiempo so pena de desaparecer para siempre de los gustos del público cada día más exigente. Algunos están a punto de desnudarse para satisfacer la crueldad de la audiencia que empieza a nacer con las nuevas generaciones. El entretenimiento ya no es exclusivo de la televisión, ahora YouTube es el rey del rating. La gente ya no mira televisión. Ahora la televisión se escucha mientras uno se distrae con los memes que todos los días nacen.

Siento que este escrito no lo va a leer mucha gente. Estamos en el año 2020. Las personas casi no tienen tiempo para la lectura, sea buena o mala. Aún los carros no vuelan, los corruptos siguen reinando, la gente vive más asustada, volví a creer en el amor, sólo tengo una tarjeta de crédito, me endeudo menos, disfruto más, duermo menos, veo películas malas para conciliar el sueño, almuerzo a mis horas, llamo más a mi mamá, hago planes de señor pensionado, odio los audios de WhatApp de más de un minuto y trato de existir en este salvaje mundo sólo contando chistes elaborados en mi propia casa.

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