Saturday, 11 June 2011

KILLING CUPIDO

(Porque ese triple hijo de puta, merece morir cuando estoy triste)

“! Cambie esa música que lo vuelve mierda…! ” (Palabras de uno de mis amigos entrando sin permiso a mi cuarto)

Esta frente a mí. Acorralado. Le apunto y se siente el frío que hace silbar los peñascos. Esta lleno de sangre por todos lados. Respira hondo y ríe desaforadamente. Me mira y grita: “¿Por qué me quiere matar? ¿Qué le he hecho?”. Yo también sonrío, mas que una sonrisa es una mueca. Apunto con mi revolver directo a su cabeza. Esta acorralado. El risco es el fin del camino. Mi arma hace un “clic” seco. Solo es halar el gatillo y todo terminara aquí. Se habrá ido para siempre. No habrá más sufrimiento. Lo miro por última vez.

“! Hijo de la mismísima perra!” Miro como lentamente se mecen sus cabellos dorados con el viento. Como un suave murmullo de Dios. Veo como tiemblan sus manos fuertes que han tensado miles de veces el arco. Y todo el momento se confabula para escuchar su respiración entrecortada. Tiene miedo. Ríe confuso. Sabe que va a morir. Solo es apretar el gatillo. Mi dedo índice, aprieta suavemente…

(Regreso al pasado por unos instantes)

Estaba demasiado enamorado. No supe cuando paso, pero se que fue por todas sus visitas a mi casa. Y siempre con esas blusas de flores, escotadas y ese raro perfume. Definitivamente eso fue lo que me enamoro. No vi de donde venia la flecha, solo sentí una leve punzada, como cuando me atracaron en Suba Rincón. Sentí algo electrizante y lo primero que vi fue su sonrisa. Ella estaba hermosa ese día. Y tenía esa maldita hebillita que solía usar su hermana gemela… mi antiguo amor. Aunque su ropa nunca le salía, se veía hermosa.

Como un hombre de esta gigantesca y desordenada ciudad, me invento casualidades para probar que el flechazo sea mutuo. Y la llevo a caminar, sin gastarle una gota de agua hasta un feo asadero de pollos. Hemos caminado más de treinta cuadras, y esta clase de restaurantes no es lo ideal para una primera cita. Pero fue un éxito, pues también adoraba chupar los huesos de pollo, como yo. La ciudad es inteligente, y sabe cuando los humanos están teniendo citas; por eso a veces llora, se alegra con el sol, o simplemente se enfría para permitir que los hombres hagamos lo nuestro. Y preciso, ese día, hizo un frío espantoso y esta tonta no llevo chaqueta. La caballerosidad nos ha ensenado a prestar nuestra chaqueta a las mujeres que tienen frío. Pero el virtuosismo de una flecha recién clavada nos dicta: la magia que hay en el ambiente te permite convertirte en chaqueta solo para ella.

(Vuelvo al risco, teniéndolo al frente mío, apuntándole)

“¿Por qué lo hizo? ¿Quién le dijo que me flechara cuando estaba la hermana gemela de la que me hizo sufrir?” El solo sonríe, pues esta viciado con tanto esplendor. Empieza a carcajear como un loco, llevándose un puño a su boca limpiándose la saliva mezclada con sangre y secándose las lagrimas que se le han salido por el miedo del momento. “!solo no se porque…. Jajajajaja… Disfruto hacer eso todo el tiempo y usted es mi victima preferida!”… mi dedo aun esta deslizándose suavemente por el gatillo…

(Mi mente divaga de nuevo… malditos recuerdos)

Era Navidad. Llevábamos tres años del mejor de los amores, el envidiado por muchas mujeres. Algo que hace que uno aprenda a volar sin alas. Algo que hace que uno haga locuras, locuras como pintarle el frente de su casa con poemas escritos en tiza y adornar su salida a coger el bus con pétalos de rosa. Algo que hace que uno se convierta en su apoyo y madrugue a hacerle el desayuno, sabiendo que ella vive en el PUTO SUR… y yo en la extrema lejura. Algo que me hace sin quererlo, escribirle poemas cuando uno sabe que nunca será un Neruda. Eso que me hace contar cuentos de ella, para ella y por ella. Pero en esa Navidad, por primera vez tuve la imagen física de ESE. El rubio de las flechas subido en un tejado. Estaba tomando aguardiente. Porque a veces le da por ser un poco humano y mucho mas cuando le gusta nuestra cultura colombiana. Ella esta en su oficina, yo espero debajo de su ventana con una rosa que compre a un gamin. Al frente de ella esta su jefe, un calvo alto y bien parecido. ESE, está ebrio, y tensa su arco. Como en una especie de cámara lenta, veo como la flecha va en dirección equivocada. Los que se tenían que amar, que estaban en la panadería, nunca lo harán, la que no tenia porque ser flechada, lo es por segunda vez. Ella siente el punzón que sentí cuando la vi por primera vez, siente la electricidad que sentí cuando me atracaron en Suba Rincón, siente el vértigo, siente eso raro. Cierra sus ojos y tan pronto los abre, ve a su jefe…

(Tenemos que hablar… no eres tu, soy yo… perdóname… eres un gran hombre, encontraras una gran mujer… de verdad, la pase muy bien contigo, pero he conocido otro hombre… eres el bus que me sirve, pero me deja a ocho cuadras de mi destino, en cambio él, es como el taxi que me deja al frente… chao… ya sabe donde esta la puerta… Adiós… no me llame mas… se me salio el amor que le tenia…)

Soy de los pocos humanos maldecidos con el don de ver lo inmaterial. No sé cuando comenzó. Solo se que siempre veo cosas. Y desde niño aprendí a no asustarme con ellas. Conozco al Coco en persona. He visto a la Pata Sola y al Mohan. Conozco al monstruo que duerme debajo de mi cama, y he visto a Uñas, aquel ser espantoso que le golpea en la ventana a los niños para asustarlos. Pero el peor de los seres, al mas malvado, es a este que tengo al frente. Al cual he venido persiguiendo por 16 años, dos meses, quince días y doce horas. Mi abuela que es medio bruja me dijo que el ungüento de malpachaca es lo mejor para atrapar uno de estos. Use una prostituta para que se lo untara. Así logre golpearlo con un bate. Por eso tiene la nariz rota… por eso esta ensangrentado. Lo perseguí por varias ciudades, pues la Malpachaca no lo deja ocultar ni moverse como uno de los suyos. Perdió todas sus flechas. Esta con esos pantalones rotos y esa camiseta de microfutbol vieja. Esta acorralado, en el risco a punto de morir. Ríe como un loco, creo que nunca pensó que un humano pudiera hacer esto. Mi revolver esta listo. Mis dedos se resbalan por el gatillo…

Un sonido atronador retumba el espacio. Una bala surca lentamente desde mi arma hasta su ser. El impacto en su frente es profundo. Y veo como cae hasta perderse en lo profundo del barranco.

En ese momento, una luz celestial, ilumina mi humanidad. Una voz ininteligible me dice algo. Siento como de mi espalda brotan unas alas. En mi brazo derecho aparece un arco… y a mi lado una maleta Totto repleta de flechas.

Ahora estoy en frente de todos ustedes. Si no ven el arco, ni las flechas, me importa un soberano culo. Ahora soy el dueño de sus destinos. Cada vez que se me de la gana, los haré enloquecer de eso que me hizo enloquecer. Así no lo crean, o duden de esto, no hay más horrible venganza que verlos morir de amor…

2 comments:

  1. Todo bien mientras en medio de los presentes no se encuentre algún otro "vidente", armado y con un alto sentido de la prevención. Buen comienzo, ala... :D

    ReplyDelete
  2. oiga esta muy buena. q tal esa forma de describir un fracaso en el amor, a mi no me salio tan bien la vez que lo hice (talvez porque a lo que queria era un pedazo de vidrio pintado) pero q sentimiento... es genial :D
    taliha p

    ReplyDelete